Cuando llegaba la Semana Santa , en mi casa como en tantas otras, mi madre ante la imposibilidad de pagar la bula, privilegio de familias acomodadas, recurria a los guisos de bacalao, eso si bacalao seco, porque el fresco no estaba al alcance de los bolsillo humildes, y como gran cocinera que era, con unos dientes de ajos, un chorreon de aceite, un majao de pan, ummmm que olores salían de su cocina.
4 trozos de bacalao
50 grs. de chícharos cocidos "guisantes"
1 huevo
50 grs. de pan
2 dientes de ajos
6 granos de pimienta negra
1 hoja de laurel
6 hebras de azafrán
1 guindilla (opcional)
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de harina
4 tiras de pimiento morrón
Modo de hacerlo:
Para desalar en bacalao lo pongo en una cacerola y lo cubro con agua, lo meto en la nevera durante 36 horas, cambiando el agua cada 8 horas, el tiempo de desalado depende del tamaño del bacalao, que suele ser entre 24 y 48 horas.
Pongo el aceite en la sartén, frío los ajos y lo reservo, enharino el bacalao y lo frío en el mismo aceite, los pongo en una cazuela de barro con la piel hacia arriba yecho el aceite que queda en la sartén donde el bacalao y los ajos han soltado parte de su aroma y sabor.
Pongo en el mortero los ajos y el pan junto con las hebras de azafrán, dos cucharadas de agua y lo majo todo hasta conseguir una pasta, si queda muy espesa se le añade un poco más de agua.
Vuelco el majao encima de bacalao y añado la hoja de laurel, los granos de pimienta negra y la guindilla.
Pongo la cazuela al fuego y lo dejo hervir a fuego medio un par de minutos, le doy la vuelta al bacalao , agrego los chícharos previamente hervidos y lo dejo 1 minuto más, antes de servirlo le pongo las tiras de pimiento y los huevos duros partidos en gajos.
Lo sirvo en la misma cazuela, y a disfrutar.